martes, 30 de septiembre de 2008

Cuaderno de bitácora - Día 4



Día 4: 22 de julio. Camping a 50km de la Frontera Polaca (PL) - Campamento a 10km de la Frontera Lituana (LT) -- 900km -- Carretera asfaltada doble sentido.


Nos despertamos a las 8.30 en el camping de Polonia. Ducha con agua calentita y desayunamos estrenando la leche en polvo.

Salimos del camping pagándole a una familia que estaba en la recepción, nos cobraron 12 €. Tenían un hijo estudiando arqueología en Barcelona, y no se creían mucho nuestra historia. Empezó conduciendo Julio en dirección Wroclaw, primera ciudad grande polaca.

Polonia es como España, lleno de Carrefour, Auchan y demás, y encontramos un Norauto en el que paramos para buscar aditivo para motores Slick50 (el motor sonaba clak-clak tipo taqués) y no había. Para probar la tarjeta de crédito compramos un Kit-Kat con manteca de cacahuete (¡ñam!), que nos zampamos al rato.

Cruzamos Wroclaw por el centro, no había otra opción, muy típico en Polonia. Nos cominos un buen atasco y en uno de los múltiples semáforos un lince con una Mercedes Vito nos golpeó en la esquina del parachoques al girar en el cruce. No pasó nada, pero vaya tela con los polacos.

Seguimos hacia Varsovia, en la que no había casi tráfico, excepto sus tranvías. Es una ciudad totalmente moderna y digna de ser visitada, queda apuntada en la lista.

A partir de allí carretera de doble sentido hasta la frontera. El asfalto estaba deformado por el peso de los camiones, con unas roderas que llevaban el coche por donde ellas querían. Además hicimos algunos topes de suspensión y para colmo allí se adelantaba como en Marruecos: sálvese quién pueda. No importan las rayas, ni la visibilidad, ni la velocidad. El que viene se aparta, el que es adelantado se aparta y todos contento. Vimos incluso un adelantamiento triple, camión a furgoneta y coche a camión, fue una tarde entretenida.

Seguimos en la noche, ya con un poco más de calma, y la frontera no llegaba. Se hizo un poco tarde y al final la cruzamos sin problema, con su típico paso fronterizo semiabandonado, a eso de las 12 de la noche. Estábamos en Lituania.

Decidimos buscar un campo para dormir unos Kms. después. Allí tuvimos otro susto puesto que se oía un crujido complicado por la rueda delantera derecha, que pensábamos que era el anclaje de la suspensión. Volvimos para atrás y vimos que era el suelo del copiloto, que tenía una raja que se abría cuando trabajaba la suspensión, ¡nada serio!

Paramos, tienda y a dormir. Las 00.30h, buen trabajo.

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