viernes, 10 de octubre de 2008

Cuaderno de bitácora - Día 6



Día 6: 24 de julio. Camping a 50km de la Frontera Rusa (LV)- Bosquecillo a 50km. de Moscú (RU) -- 750km -- Carretera asfaltada doble sentido con firme bacheado-destruído.

Por la noche llovió a cántaros y a as 8 sonó el despertador. El Cous Cous a la salsa oriental y los calamares en salsa americana nos mataron, ¡uf!

Camuflamos el localizador, los mp3, los cables, ordenamos la carga y la cerramos bien para que invitara a no abrirla (la parte trasera del suzuki parecía que iba a presión...). Nos cambiamos de camiseta y con todo eso arrancamos en dirección a la frontera. Recorrimos los 50 Km. que quedaban vigilando la aguja de la gasolina, puesto que íbamos justos con la intención de llenar ya en Rusia puesto que no llevábamos moneda Letona. Fue una mala idea porque saltó la reserva y fuimos todo el trayecto “en tensión” por si se paraba allí o justo en el paso. En fin…

La carretera era mala, con muchos baches. A unos Km. de la frontera empezamos a ver unos WC de obra y contenedores de basura, lo cual llamó nuestra atención, Minutos después lo entendimos al ver una fila interminable de camiones parados a la derecha: estaban ahí para esa gente que se tiraba parada días (o semanas) enteros. Jugaban a las cartas, comían, paseaban, y la fila se convirtió en doble a medida que llegábamos al paso.

Y así llegamos a nuestra primera frontera “de verdad”. Salimos de Letonia sin problemas y sin colas, y entramos en Rusia despacito y con mala leche. Aprendimos lo habitual en las fronteras: control de pasaportes (visados y demás), revisión del coche (funcionó lo de llevarlo todo “empaquetadito”) y declaración de aduanas con el dinero que llevábamos (sin enseñarlo físicamente, un punto a tener en cuenta). Papeles de aquí para allá de una garita a otra y los duros Rusos sin querer hacerse entender, menudo galimatías. Bienvenidos a la Madre Patria, la РОДИНА (Rodina) en Ruso.

Dos horas y media después ya estábamos en Rusia. ¡Bien!. Foto de rigor y zumbando a por gasolina, ¡miedo! Al final 30 litros que nos supieron a gloria y pagados con la tarjeta ya que aún no teníamos Rublos, hubo tensión al pagar (¿funcionaría? ¡Sí!).

Tiramos acostumbrándonos a las carreteras rusas y buscando un sitio para cambiar, porque llevábamos un montón de euros y de dólares, pero no hubo suerte. Había grandes extensiones de bosques, pero sin nada en medio, con las poblaciones muy distantes. Finalmente, en una ciudad que parecía sacada de Mad Max, encontramos un cajero escondido en...¡una pastelería! (alucinante). Todo en orden y a repostar de nuevo, esta vez a tope.

Y aquí encontramos uno de los mayores problemas del viaje: al abrir el capó vimos que llevábamos el radiador taladrado por un tornillito del cierre del capó, problema que habíamos previsto y que tratamos de evitar con unos tacos de goma, pero que a la postre fueron insuficientes para las duras carreras rusas y letonas. Problemón y no teníamos repuesto. Mala pinta compañeros. Con la ayuda de un chaval que trabajaba en una gasolinera conseguimos poner unos trozos de manguito de goma (¿de camión Kamaz?) que encontramos tirados por ahí y que separaban un poco el radiador de los tornillos, para que el problema no se agravase.

Decidimos tirar un poco para revisar el tema con más calma, pensar y comer. Finalmente decidimos continuar rellenando refrigerante hasta Moscú (420km de baches por la M9) en busca de una de las 3 suzukis que teníamos localizadas…iba a ser duro amiguetes.

Todo fue bien, excepto por la carretera destructora por los miles de baches remendados machacantes y cuesta arriba (aparentemente). A unos 150km de Moscú apareció una autopista perfectamente asfaltada, con lo que la cosa mejoró. Habíamos estado parando cada 100km a reponer 1l aproximadamente de refrigerante cada vez.

Decidimos no entrar en Moscú de noche así que paramos a las 00.30h a 50km para dormir un poco y llegar a la ciudad muy temprano con la fresca y sin tráfico y el día por delante. Allí paramos lejos de la carretera y la autopista, y dormimos dentro del coche con los sacos encima hasta las 6 para salir zumbando a resolver el problema. Toquemos madera.

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