domingo, 16 de noviembre de 2008

Cuaderno de bitácora - Día 9



Día 9: 27 de julio. Descampado mosquitero a 450km de Moscú (RU) - Camino entre prados a 50km. de Kazajstán (RU) -- 930km -- Carreteras buenas con mucho tráfico.

Nos despertamos en el campo de mosquitos a las 8.30h. Desayunamos unas energéticas papillas (pero hechas con agua, no con leche) y galletas. Volvimos a la carretera a las 9.30h.

Avanzamos a buen ritmo, con buena carretera, ya sin los baches del tramo Letonia-Moscú. Algunas obras, puentes con el asfalto derretido y mucho tráfico kamikaze.

A media mañana nos detuvo sutilmente y por centímetros un policía ruso. Íbamos pegados a una furgoneta para evitar que nos viesen, técnica muy depurada por nosotros en este territorio, pero en este caso falló…empezaba la fiesta.

Nos encontramos con un sonriente personaje con dientes de oro, que nos empezó a pedir cosas en ruso, a lo que nosotros respondimos haciéndonos los locos a ver si se cansaba. Finalmente nos pidió “Dokument”, a lo que respondimos entregándole todo lo que encontramos en la guantera. Entre risas le fuimos dando papeles, y en un momento dado se puso más serio y nos dijo que bajáramos del coche y que lo acompañáramos a la caseta…¡uops!

Nos invitó a sentarnos intentando decirnos que nos faltaba un papel. Parece ser que faltaba uno y tras varios minutos diciendonos el nombre en ruso sin éxito nos lo describió con gestos. Levantó una mano y dijo: "Suzuki" y luego la otra diciendo "Mercedes" y acontinuación las juntó imitando el ruido de un choque...con lo que interpretamos que se trataba de papel del seguro. Respondimos “¡Da-Da-Da!”, y le entregamos la Carta Verde, y nada. Nos dijo que le siguiéramos al exterior y fuimos a su Lada reventado, de donde sacó un papel azul en ruso que finalmente parecía ser su seguro, que era el que valía allí . Nosotros no lo teníamos, a lo que respondió que el coche se quedaba allí diciendo “abto” (auto) y cruzando los antebrazos con los puños cerrados (señal local negación que ya habíamos visto más veces), a tomar viento y hasta allí habíamos llegado...mal asunto.

Sentado en la mesa golpeaba con los dedos, y le volvimos a mostrar la carta verde con al palabra “internacional”, pero dijo que niet. Finalmente, tras unos buenos cuarenta minutos dijo algo parecido a “prisent”, con lo que entendimos que quería un regalo, ¡bien!, se hizo el “Click” que tanto esperábamos. Como parecíamos no entender al final se metió la mano en el bolsillo y sacó un fajo de billetes, estilo bodorrio de los de antes, con lo que el tema quedó claro al instante. Dijimos que “¡Da-da-da!”, “por supuesto”, y nos fuimos al coche a por el regalo, mientras él se quedaba con el carnet internacional de Víctor para que no nos pirásemos.

Volvimos con un par de botellitas, que le supieron a poco, haciendo gestos de que eso era una meada (muy fino el poli...) y que en su país las botellas de vodka eran grandes…en fin. Además añadimos un llavero con un balón de fútbol del Barça, que al principio olió y que no le gustó nada, y un bolígrafo. Finalmente aflojamos 100 rublos (tranquilos, 3€ al cambio) que le parecieron poco y le ofendieron. Al final, parece que todo esto empezó a hacerle gracia y el tipo sonrió e hizo un gesto sacándose el sombrero, con lo que parecía que nos despedía, cuando en realidad lo que buscaba era que le diésemos un sombrero de paja de los de Repuestos “La Serena”. Alucinados, Julio trajo dos y nos devolvió el carnet. Hicimos el amago de hacerle una foto para llevar un “salvoconducto” para el próximo policía, pero no coló y nos dijo "niet photo, niet photo". Salimos pitando al coche y fuera de allí, dejando al poli sentado en su garita con un sombrero de paja de Repuestos "La Serena" sobre la cabeza... Vaya episodio, alucinante.

El problema era que efectivamente nos faltaba un papel, con lo que era probable que en el próximo control nos acabaran de..."hacer pupita". Así que íbamos un poco “alertas” por eso, muy pendientes de la policía, parecía La Gran Evasión…qué estrés.

Por la tarde el ralentí volvió a dar guerra, apagándose el motor cada dos por tres. Pendientes de encontrar el tan ansiado incrementador de octanos, en un momento dado teníamos que decidir si tirar sin Oktan Plus hacia la frontera o entrar en Samara a buscarlo a las 22:00h, difícil decisión. Finalmente la suerte cambió y en una gasolinera oscura, en su parte trasera entre camiones y personajes de dudosa reputación, había una pequeña tienda de repuestos en la que entraron Aran y Julio y de la que instantes después salió Aran diciendo: “hay octanador”, con lo que fin del problema.

Paramos a las 3 de la mañana con un total de 930 kilómetros entre pecho y espalda. Montamos la tienda a toda velocidad, con frío y humedad. No cenamos y empezaba a llover un poquito, y nos metimos a dormir reventados. Llovió toda la noche.

Estábamos a 50km. de Kazajstán. Esto marcha.

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